Desde la primera semana de febrero y, como todos los años por esta época, las personas temporeras están llegando a Lepe, para trabajar en la campaña agrícola de la fresa, sin embargo, por más que buscan, la calle es la única alternativa habitacional que encuentran. Hasta hace unos días, la mayoría de estos trabajadores dormían, al raso, en la estación de autobuses del municipio y guardaban sus equipajes en la sala de espera. Pero el Ayuntamiento ha decidido prohibir la colocación de cartones en el suelo para dormir y, para evitarlo, la policía local custodia la puerta de la estación.
Esta dramática situación no es nueva. El año pasado, las personas temporeras tuvieron que enfrentarse a las mismas dificultades. Hay que tener en cuenta que la oferta de viviendas y habitaciones para alquilar en Lepe es muy escasa. Pero este año, se ha agravado aún más, si cabe, por las medidas tomadas por la Corporación Municipal: por una parte, la prohibición de reconstruir las chabolas destruidas en los continuos incendios que se producen en los asentamientos. Y, por otra, el Ayuntamiento impide, este año, entrar en el albergue municipal, ocupado por personas migrantes, para dormir en un patio techado. Para ello, está custodiado, día y noche, por dos guardas jurados. Estas dos medidas dificultan la ya frágil situación, de las personas que están llegando a Lepe, para encontrar un lugar donde descansar. La última vuelta de tuerca ha sido la decisión tomada con respecto a la estación de autobuses.
Por todo ello, los abajo firmantes
- No podemos entender la deshumanización y la ausencia de empatía por parte de nuestras administraciones que, después de más de un mes, no han movido ni un solo dedo para intentar buscar una solución habitacional a los trabajadores temporeros. Especialmente, no se puede entender la actitud del Ayuntamiento de Lepe, la administración más cercana a esta emergencia humanitaria.
- Denunciamos la vulneración de derechos humanos y laborales, por parte de todas las administraciones, y el maltrato al que someten a los trabajadores de un sector esencial que están engrosando, con su trabajo y su sufrimiento, el PIB provincial, andaluz y nacional. Esta situación deja al descubierto la incapacidad de un sistema y la estrechez de expectativas futuras para abordar, con seriedad, una realidad como el fenómeno migratorio.
- Sentimos vergüenza, como sociedad civil, comprobar que nuestras trabajadoras y trabajadores, esas personas que recorren las campañas agrícolas de la geografía española, para asegurar las verduras y frutas en nuestra mesa, tengan que dormir en la calle sobre un cartón, cuando llegan a Huelva.
- No podemos entender que, después de más de veinte años de campañas agrícolas exitosas donde empresarios y administraciones se congratulan mutuamente de la expansión de un negocio redondo, se olviden por completo de las condiciones de vida más básica de la mano de obra, como es un alojamiento digno. Esta actitud solo se puede entender desde la lógica del capitalismo más depredador y deshumanizado y desde el racismo institucional, impropio de un estado social y de derecho.
- Denunciamos la ausencia de una política migratoria coherente y seria que permite una situación tan incomprensible como buscar trabajadores, con contrato en origen, en Latinoamérica, cuando en España viven más de 500.000 personas migrantes sin permiso de trabajo. Un cambio en la Ley de Extranjería permitiría regularizar a esas personas, evitar que sufran abusos laborales y permitirles realizar sus proyectos de vida de una forma digna. Ante la falta de propuestas sensatas, la sociedad civil ha dado un paso adelante llevando a cabo una campaña de recogida de firmas para presentar ante el Parlamento una ILP (Iniciativa Legislativa Popular).
Por todo ello, las organizaciones y colectivos firmantes de esta carta, exigimos, en primer lugar, soluciones inmediatas de alojamientos, sin más dilación, para las personas temporeras que está llegando a Lepe en estos momentos. Y por otra, la coordinación de las administraciones públicas, junto al sector empresarial implicado para ofrecer una solución seria y viable al grave problema de alojamientos para las personas trabajadoras del sector de los frutos rojos.
ASOCIACIÓN MULTICULTURAL DE MAZAGÓN